Francia pondrá en marcha desde el viernes un registro biométrico de los extranjeros que han recibido ayudas para regresar a sus países, en particular los gitanos, que tendrán que dejar sus huellas dactilares. Las autoridades francesas sospechan que los gitanos rumanos y búlgaros utilizan la ayuda de retorno humanitario -por la que les pagan el billete de avión, 300 euros por adulto y 100 por niño- para hacer viajes gratis de regreso a casa y luego volver a Francia bajo una identidad falsa para recibir varias veces la ayuda.
Comentarios
Me parece una buena forma de sabotear una medida racista. Y de paso una buena forma de mostrar que en el país de al lado las cosas también se hacen mal y que los gitanos no solo no son tontos, sino que a veces son muy listos.