Sólo hablar de la existencia del lobby judío es políticamente incorrecto en EEUU e incluso en Europa. Sin embargo, a veces es imposible ocultar su poder a los medios de comunicación. Esta semana ha sido uno de esas ocasiones. Nada más y nada menos que se han atrevido a tumbar el nombramiento del candidato de Obama para el cargo principal de la inteligencia estadounidense. Charles Freeman, el postulante había osado criticar la política de ocupación de Cisjordania y ello le costó el puesto a pesar de ser un diplomático bastante valorado.
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Y los judíos siempre por medio. Y llevamos así casi un siglo.