En un contexto de reducción del déficit fiscal, el único epígrafe presupuestario que sube con fuerza (salvo el desempleo) es el relacionado con las subvenciones. En concreto, y según datos de Estadística, las administraciones públicas gastaron el año pasado en subvenciones nada menos que 12.147 millones de euros, la cifra más alta jamás alcanzada.