Si consideramos “casi perfecta” la vida después de miles de millones de años de terrible selección natural, a lo mejor estas enfermedades genéticas suponen el “casi”, porque no veo por ninguna parte que la naturaleza haya seleccionado para la supervivencia que nazcan personas con la espina bífida, con el síndrome de Down, o con una latente depresión que desarrollarán en el tiempo.