Una vez levantada la veda con la campaña electoral, los grupos mayoristas de la política (PP y PSOE) se han lanzado a la caza de ‘indignados’ en el coto de la Puerta del Sol. La visita del Papa pone de acuerdo a los socialdemócratas con los conservadores para ejercer la represión del movimiento que "no representan" y disputarles unos cuantos votos católicos.
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