La empresa pública Gesplan pagó en mayo de 2012, en pleno proceso de negociación por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), cerca de 42.000 euros en concepto de indemnización a un jefe de área que fue despedido por incurrir en una falta laboral tipificada como muy grave en el Estatuto de los Trabajadores y en el convenio colectivo de la sociedad, en relación con un caso de acoso moral a otra trabajadora.
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¿Y por qué no lo paga el acosador de su bolsillo?