Los caprichos del gobernador de la provincia Shandong marcaron ayer la jornada de vela. El dirigente llegó para la tercera manga, pero no se embarcó. Dijo que quería ver a los barcos desde el espigón del puerto. Nadie se atrevió a contradecirle alegando que no había casi viento y que acercar la regata a tierra sería una barbaridad.En esa zona soplaba un viento de entre uno y dos nudos, y se produjo una debacle.Un circo con enanos y todo para que el político se divirtiera.
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Todos iguales pero unos más iguales que otros...