Estas aves mueven la cabeza con una aceleración que puede alcanzar una fuerza de 34G. Los corredores de Fórmula 1, por ejemplo, llegan a estar sometidos a una fuerza de 6G. (La fuerza G es una medida de aceleración, basada en la aceleración que produciría la gravedad terrestre en un objeto en ausencia de atmósfera u otra condición de rozamiento).