¡Enhorabuena!, ¡los tibetanos ya no tienen de qué preocuparse! Desde luego, resulta avergonzante que nadie esté dipuesto a nada más que encender una puñetera vela por la paz.
Comentarios
¡Enhorabuena!, ¡los tibetanos ya no tienen de qué preocuparse!
Desde luego, resulta avergonzante que nadie esté dipuesto a nada más que encender una puñetera vela por la paz.