La subvención directa de 1,5 millones de euros que la Diputación ha concedido a la asociación Basolanak Elkartea sin exigir garantías adicionales sigue en el centro de la polémica.
Eso es lo que suele ocurrir cuando uno regala lo que no es suyo y el sudor de los trabajadores para pagar los impuestos con los que se hacen ese tipo de donaciones les importa un carajo.
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Eso es lo que suele ocurrir cuando uno regala lo que no es suyo y el sudor de los trabajadores para pagar los impuestos con los que se hacen ese tipo de donaciones les importa un carajo.
Nunca se ha de dar dinero directamente, se ha de aceptar pagar facturas por ese valor, siempre sometidas a inspección, por supuesto.