El arraigo cultural de la caza convierte a la comunidad gallega en un territorio seriamente armado, aunque de baja conflictividad. En pocas comunidades autónomas españolas se alcanza una ratio de armas de fuego por habitante como en Galicia, donde el ICAE (Intervención y Control de Armas y Explosivos) de la Guardia Civil tiene controladas alrededor de 195.000 unidades, casi todas escopetas de caza. Semejante arsenal está sometido a estrictos controles legales, lo que no impide que cada año se intervengan cerca de 10.000 armas en Galicia.
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