Era un lote ciertamente intrigante el ofrecido por Soler y Llach en Barcelona en julio de 2010: un archivo con 1.400 negativos, la mayoría imágenes de la Guerra Civil realizadas por un fotógrafo anónimo. Habían sido recuperadas en el sur de Francia. El lote, que partía con un precio de 25.000 euros, quedó sin postor. No se volvió a saber más de las fotografías. Hasta ayer.