Lo que acecha detrás del conflicto es la vasta riqueza natural del Congo, que es el ejemplo perfecto de la llamada maldición de los recursos. El Gobierno, los guerrilleros, las empresas privadas y los ciudadanos buscan la forma de beneficiarse del oro, el cobalto, el cobre, el coltán y todos los demás minerales existentes bajo el suelo del país.