Hace 12 años | Por Yelmo a ted.com
Publicado hace 12 años por Yelmo a ted.com

Los grupos internacionales de ayuda cometen los mismo fallos una y otra vez. David Damberger, nos cuenta como usa su propio fracaso ingenieril en India para pedir al sector del desarrollo humanitario que analice sus fracasos y aprenda de ellos.

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Yelmo

Un resumen traducido (personal y con posibles errores):
A manos de Ingenieros sin Fronteras, llevaron a cabo un proyecto en Malawi para dar de beber a la población que no tenía acceso al agua potable (aproximadamente un 80 % de la población).

Más tarde, cuando fueron a ver como estaban las cosas viviendo con ellos como ellos, se dieron cuenta que el proyecto no estaba funcionando. El sistem de ayuda humanitaria había fallado, y es un sistema roto. Y no debido a gobiernos autoritarios, dictatoriales o corrupción. Las fuentes que se habían instalado, no tenían el mantenimiento adecuado, pese a que los locales lo habían intentado realizar por su cuenta. Esa falta de mantenimiento provoca que sólo funcionasen unas 80 de las 300 fuentes instaladas. Esto, es algo muy típico en muchos de los proyectos humanitarios que se llevan a cabo en países en vías de desarrollo, donde se construye a menudo sin pensar en el mantenimiento que va a ser necesario. ¿Fracasa la ayuda humanitaria en el mundo?

Es un problema de la publicidad, ya que vende mucho más para conseguir fondos para construir algo tangente, que para realizar mantenimientos.

"Todo lo que la gente ve de África, no importa.
Y todo lo que importa de África, no llega a ser visto por la gente"

Para más gravedad del asunto, hace 10 años se había realizado un proyecto que había construido unas fuentes que se rompieron uno o dos años después. Las nuevas fuentes, estaban construidas junto a las antiguas, con la misma tecnología, por lo que ya se sabía lo que iba a pasar con ellas.

En el sector privado, los clientes tienen la capacidad de cambiar de proveedor si no están satisfechos, tienen poder. En el sector público, el cambio es más lento pero ocurre, los votantes tienen el poder de cambiar el gobierno. Pero en el sector del desarrollo (ONGs), los beneficiarios no tienen el poder de cambiar nada. Los que tienen el poder, son los donantes, a quienes se esfuerzan por satisfacer en lugar de averiguar las necesidades de los beneficiarios. Por eso no se innova, y se realiza el mismo proyecto aunque anteriormente haya sido un fracaso.

En realidad, lo que es necesario es invertir en empresas con personal y sede en África pero el problema que hay es difícil de solucionar. Es necesario dar a los beneficiarios la posibilidad de puntuar y valorar cómo se está invirtiendo en ellos. Hace falta transparencia e innovar. Sin embargo hay soluciones más sencillas.

Su primer proyecto como Ingeniero sin Fronteras fué en la India, donde para dar acceso al agua a una faimilia de la casta de los intocables, construyeron un sistema que recogía agua de los monzones y la almacenaba en unos tanques. Un año más tarde llamó para ver como iban los sistemas, y le dijeron que ni uno de ellas seguía operativo. Y se sintió como un impostor. No les había ayudado. Se dieron cuenta del fallo, y decidieron innovar y cambiar. Actualmente ingenieros sin fronteras, no construye nada. Ahora, su slogan es:

"Apadrina un niño una hoja de cálculo"

Es invertir en procesos, softwares, y demás cosas intangibles que no son sexys, pero realmente ayudan a la gente de una manera sostenible.

Para darse publicidad, decidieron (muy en contra de la dirección) publicar un report anua de fracasos que hayan tenido en todos sus proyectos. La mayor duda era cómo se iban a sentir todos los donantes al saber que su dinero no había sido aprovechado del todo. Pero los donantes comprendieron la utilidad de esos fracasos, y que compartirlos era una manera de no volver a cometerlos.

Más tarde, el concepto de reporte anual de fracasos se a extendido, y es usado y publicado por muchísimas corporaciones fuera del mundo de la sostenibilidad. La misma revista "Harvard Business Review" habló de ello en marzo. El reto de aprender de los errores no es único en el sector del desarrollo, y grandes empresas de la industria como BP y Toyota han tomado conciencia de ello, y ya han tomado costumbre de hablar públicamente de sus fracasos y cómo van a solucionarlos.

"Por favor, me gustaría que todos pensáseis en el fracaso, y como lo gestiona vuestra organización". Piénsalo, y comparte tus fallos, por que tal vez le sean útiles a la siguiente persona que venga detrás de ti.

Finalmente, respondiendo a la pregunta de si la ayuda humanitaria fracasa, la respuesta es sí, pero por que todavía no ha fracasado lo suficiente.

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Sólo funcionan Cáritas y Manos Unidas, es la verdad.