Hace 13 años | Por OCLuis a elpais.com
Publicado hace 13 años por OCLuis a elpais.com

A Mark Stone le iban bien las cosas. Se ganaba la vida como alpinista ocasional en expediciones en el extranjero y, durante su abundante tiempo libre, se dedicaba a luchar contra el cambio climático. Subiendo a unos árboles aquí, encadenándose allá en la verja de una central nuclear, planeando ocupar una central eléctrica... Había, sin embargo, un pequeño problema: en realidad, Mark Stone se llamaba Mark Kennedy. Bueno, dos problemas: tampoco era un ecologista, sino un policía infiltrado.

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