En los años 50, Federico Martín Bahamontes se ganaba la vida corriendo carreras ciclistas locales en pueblos de La Mancha. En una ocasión, él y su compañero Ladis llegaron a uno de esos pueblos y como no tenían dinero para pasar la noche en una pensión le pidieron por adelantado el importe del premio al alcalde del pueblo en cuestión, asegurándole que serían primero y segundo en la carrera...
Bahamontes era un crack. Subía un puerto de montaña y se bajaba de la bici para comer un helado y esperar a los demás. Cuando llegaba el pelotón, le metía otra vez caña y ganaba la carrera.
Comentarios
Bahamontes era un crack. Subía un puerto de montaña y se bajaba de la bici para comer un helado y esperar a los demás. Cuando llegaba el pelotón, le metía otra vez caña y ganaba la carrera.
#1 #2 coñis!, no hableis en pasado que sigue vivo.
Era un tío grande. Hasta en la película Amelie se habla de su triunfo en el Tour del 59.