Hace 11 años | Por eñe a elmundo.es
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Hace cerca de un año, la lucha fratricida entre los sudaneses volvió a marcar la región con un rastro de sangre. La demarcación de las fronteras entre el norte y el sur, independiente desde julio de 2011, y el afán por dominar zonas petrolíferas hizo estallar un nuevo conflicto militar del que fue testigo directo el fotógrafo Dominic Nahr, de la agencia Magnum. Sus cámaras captaron uno de los símbolos del horror de aquellos instantes que ven junto a estas líneas.