Eurovisión, con sus defensores y detractores, es una excelente oportunidad turística para el país que lo acoge, y, en cierto modo, para los países que participan. Esta edición recoloca a Mälmo en el mapa y Suecia, que sabe como rentabilizar la inversión, inaugura días antes el Museo sobre el grupo más eurovisivo de todos los tiempos: Abba