Hasta ahora hemos visto lo que ocurre si a un perro encerrado en una jaula lo premiamos cada vez que realiza un comportamiento determinado, si lo premiamos solo a intervalos fijos o bien a intervalos variables, si no lo premiamos nunca o si le retiramos un castigo cuando hace lo que queremos que haga. Pero, ¿qué ocurrirá si, haga lo que haga el perro, siempre lo castigamos?
Lo malo es que cuando el perro sale de la jaula, morderá a todo ser humano que se encuentre en a su paso, para que no le vuelvan a meter en otra jaula.
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Lo malo es que cuando el perro sale de la jaula, morderá a todo ser humano que se encuentre en a su paso, para que no le vuelvan a meter en otra jaula.