A 15 kilómetros de la Puerta del Sol, en el poblado chabolista de El Gallinero, acampan 100 familias, 200 niños y miles de ratas. Allí los únicos antisistema son los roedores, los humanos son simplemente excluidos y asistemáticos y no cuentan en las elecciones ni figuran en las encuestas, son fantasmas que habitan en un limbo que se parece mucho al infierno y compiten con las ratas pelando cables de cobre a dentelladas.
"Las ratas no votan, de momento, pero si lo hicieran se decantarían seguramente por los actuales gobernantes que han sabido mantener su estatus y mejorar sus condiciones de vida."
Se ve que los políticos se preocupan por no empeorar las condiciones de vida de sus congéneres.
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"Las ratas no votan, de momento, pero si lo hicieran se decantarían seguramente por los actuales gobernantes que han sabido mantener su estatus y mejorar sus condiciones de vida."
Se ve que los políticos se preocupan por no empeorar las condiciones de vida de sus congéneres.