Publicado hace 11 años por Lemmings a despuesdelapaz.periodismohumano.com

El genocidio también alteró el orden y las jerarquías sociales en Ruanda. Antes de las masacres, los tambores sólo podían ser tocados por algunos hombres, cuidadosamente seleccionados. Hoy en días las mujeres tamborileras de Ingoma están reconocidas internacionalmente, han realizado giras por todo África, Europa y Estados Unidos.Sin embargo, a la vez que un modo de dar recursos a las mujeres participantes, esta idea de Odile Katese es y ha sido sobretodo una forma de terapia colectiva.