España acude a votar dividida en dos planos políticos. En el primer plano, el oficial, los políticos profesionales se enredan en discusiones sobre si las espontáneas concentraciones que han llenado las plazas de toda España son legales o no.
Creo que la situación es más complicada, las propuestas realizadas en las últimas horas por los "indignados" ya no son transversales, se meten en profundidades de mayor calado que la regeneración democrática. La sociedad española en su conjunto, derecha, izquierda y centro comprendía la necesidad esa regeneración democrática, pero cada propuesta que se haga que caiga en un lado o el otro de los colores políticos fragmentará el movimiento, eso es un error. Desgraciadamente, el escenario solamente tiene tres vías, a) volver a los inicios del mismo y pedir lo que piden todos los españoles, mejoras en la democracia, no propuestas de partido, b) disiparse por la fragmentación de las ideas que ya no calan en la mayoría descontenta, c) radicalizarse por la desesperación de los que no logran lo que quieren. Sinceramente, si me dejan elegir una opción, la que más me gusta y que creo que debería ser la única por el bien de todos, es la primera. A cada propuesta política que se hace, más se acerca el movimiento a las posturas del bipartidismo y con ello, algunos de los políticos "tradicionales" se está frotando las manos. Equivocarse es de humanos, pero en esta ocasión no hay muchas oportunidades para hacerlo, o se hace bien con unos mínimos de consenso o no habrá cambios a corto y medio plazo y eso no es bueno puesto que aumentará presión en la olla de la sociedad española.
Las propuestas, los nuevos partidos y los idearios políticos, deben venir después. Todo el mundo tendrá su foro y su oportunidad.
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Creo que la situación es más complicada, las propuestas realizadas en las últimas horas por los "indignados" ya no son transversales, se meten en profundidades de mayor calado que la regeneración democrática. La sociedad española en su conjunto, derecha, izquierda y centro comprendía la necesidad esa regeneración democrática, pero cada propuesta que se haga que caiga en un lado o el otro de los colores políticos fragmentará el movimiento, eso es un error. Desgraciadamente, el escenario solamente tiene tres vías, a) volver a los inicios del mismo y pedir lo que piden todos los españoles, mejoras en la democracia, no propuestas de partido, b) disiparse por la fragmentación de las ideas que ya no calan en la mayoría descontenta, c) radicalizarse por la desesperación de los que no logran lo que quieren. Sinceramente, si me dejan elegir una opción, la que más me gusta y que creo que debería ser la única por el bien de todos, es la primera. A cada propuesta política que se hace, más se acerca el movimiento a las posturas del bipartidismo y con ello, algunos de los políticos "tradicionales" se está frotando las manos. Equivocarse es de humanos, pero en esta ocasión no hay muchas oportunidades para hacerlo, o se hace bien con unos mínimos de consenso o no habrá cambios a corto y medio plazo y eso no es bueno puesto que aumentará presión en la olla de la sociedad española.
Las propuestas, los nuevos partidos y los idearios políticos, deben venir después. Todo el mundo tendrá su foro y su oportunidad.