Soledad acudió al Centro Médico del Real Madrid para una rehabilitación lumbar. Un fisioterapeuta de la primera plantilla le aplicó un masaje en el cuello. A los cuatro días tuvo que ser intervenida por un fuerte dolor en la zona. Quedó con una invalidez absoluta permanente. Marisol vive con continuos dolores y una pensión de invalidez de 700 euros. “Con eso tengo que vivir y pagar a la persona que me atiende. Por eso he tenido que vender mi casa al banco. Tengo treinta años por delante y ya no me queda nada”