Nueve de los policías ha sido suspendidos de sus empleos. Algunos de los casos se remontan a los disturbios de agosto. Un total de 20 agentes y un empleado de Scotland Yard están siendo investigados, acusados de racismo. Ocho de los agentes y el empleado han sido suspendidos de sus empleos y sus casos están en manos de la llamada Comisión Independiente de Quejas a la Policía (IPCC en sus siglas en inglés).