En 1922, el abuelo de Arturo de Pablo Peñalver se lanzó a la aventura de diseñar deportivos. Tras diversos avatares, la compañía Izaro quedó en saco roto. Ahora éste emprendedor emula a su antepasado con un enorme reto, hacer que el Izaro GTE sea el primer superdeportivo eléctrico español.