Publicado hace 16 años por jandro103 a jandrotanco.blogspot.com

Salía el señor José de su carpintería, sierra en mano, corriendo detrás de un pato. El pobre aplumado amarillo huía espantado. -!Pobre pato!- gritó uno. Súbitamente todo se paró. Con los ojos inyectados en sangre y unas pupilas que recordaban a una paellera, el ebanista se giró y con desafiante mirada exclamó: - ¿ Pobre pato, pobre pato?...!Me cagüen to los putos pájaros del mundo y parte de Santurce, leches!....!que pobre pato dice el cabrón!, si tu supieras....!un día entró una paloma y no sabes la que lió.