Hace 11 años | Por Abo a gizmodo.es
Publicado hace 11 años por Abo a gizmodo.es

Una gran parte de los espectadores masculinos (y algunas féminas también, seguro) confiesan que no pierden detalle de la competición olímpica de volley-playa femenino por un prurito de inquietud científica: constatar el prodigio de unos cuerpos que pese a los frecuentes revolcones por la arena no terminan embadurnados y rebozados cual croquetas.

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