El pasado febrero, Joaquín Rivero anunció que ponía fin a su aventura francesa. Después de más de cinco años al frente de la inmobiliaria patrimonialista francesa Gecina, el ex presidente de Metrovacesa puso rumbo a España, de la mano de Bami, dejando atrás un polvorín accionarial que dificulta un entendimiento necesario en la empresa.