El universo de Mortensen está atestado de inquietantes criaturas de funestas intenciones y transita por un rico entorno natural plagado de paisajes, en los que el hombre aparece casi como un intruso. Casas rurales, rústicos muelles o frágiles cercas, se integran en bosques, campos y lagos, escenarios perfectos para el tormento de los incautos.