Un recorrido sentimental por el Madrid del fundador de CCOO. Es una mujer fuerte, pero sus ojos azules centellean al recordar a su compañero y cómo era la vida de la familia en el barrio. "Nunca oculté que Marcelino estaba en la cárcel, los vecinos nos ayudábamos. Hasta que salió de prisión, cada mes me encontraba 20 duros en el buzón. Nunca supe quién nos los daba. Había mucho miedo, pero también compañerismo", recuerda.
Hay hombres (y mujeres me permito completar a Brecht)que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht.
El Sr. Camacho era una gran persona y meticulosa, siempre dispuesta a echar una mano en lo que hiciera falta. Todavía recuerdo un día en que le pedía que se dejase entrevistar por un estudiante de historia y me dijo: vale, pero que venga preparado que el último que me mandaste no sabía ni por donde empezar.
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Hay hombres (y mujeres me permito completar a Brecht)que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht.
El Sr. Camacho era una gran persona y meticulosa, siempre dispuesta a echar una mano en lo que hiciera falta. Todavía recuerdo un día en que le pedía que se dejase entrevistar por un estudiante de historia y me dijo: vale, pero que venga preparado que el último que me mandaste no sabía ni por donde empezar.