La mayoría de los jubilados, con escasos recursos, se pasan los días inquietos o amodorrados, dando cabezadas a deshoras, que incrementan la tendencia de la vejez y la reducida actividad al insomnio. Pasean para atenuar el desgaste óseo. Ven la tele
Menos mal que siempre hay alguien que a los jubilados no los mete en el saco de que todos son un voto cautivo del PP. Si hay jóvenes preparados y con un lenguaje eficaz que emergen en partidos secundarios, resurge su viejo y juvenil inconformismo, la decisión de hacer algo que satisfaga sus renovadas inquietudes y pueda contribuir a mejorar el negro presente, fabricado por grandes financieros, tecnólogos y otros esbirros, incluidos ciertos políticos.
En los lugares de reunión de la tercera edad, pese al control que el PP ejerce en la antaño combativa Unión Democrática de Pensionistas, cada vez más jubilados, al margen de sus concretas ideologías, coinciden en aspectos fundamentales. Como el imperativo de una nueva ley electoral. Una ley con listas abiertas, en las que se vean todas las caras, sin tener que votar a dudosos lotes, y favorezcan la urgente regeneración de las instituciones.
El número de yayoflautas puede crecer así hasta el vértigo, junto con las ansias de libertad y verdadera justicia de un movimiento juvenil, el del 15M, no desaparecido, latente y que se multiplicará ante las urnas, sin dejar apenas conniventes votos en blanco.
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Menos mal que siempre hay alguien que a los jubilados no los mete en el saco de que todos son un voto cautivo del PP. Si hay jóvenes preparados y con un lenguaje eficaz que emergen en partidos secundarios, resurge su viejo y juvenil inconformismo, la decisión de hacer algo que satisfaga sus renovadas inquietudes y pueda contribuir a mejorar el negro presente, fabricado por grandes financieros, tecnólogos y otros esbirros, incluidos ciertos políticos.
En los lugares de reunión de la tercera edad, pese al control que el PP ejerce en la antaño combativa Unión Democrática de Pensionistas, cada vez más jubilados, al margen de sus concretas ideologías, coinciden en aspectos fundamentales. Como el imperativo de una nueva ley electoral. Una ley con listas abiertas, en las que se vean todas las caras, sin tener que votar a dudosos lotes, y favorezcan la urgente regeneración de las instituciones.
El número de yayoflautas puede crecer así hasta el vértigo, junto con las ansias de libertad y verdadera justicia de un movimiento juvenil, el del 15M, no desaparecido, latente y que se multiplicará ante las urnas, sin dejar apenas conniventes votos en blanco.