Una vez vista la secuela de la cinta dirigida por Matthew Vaughn en 2010, estrenada el pasado fin de semana, las sensaciones han sido un tanto parecidas. Si acaso, “Kick-Ass 2” se situaría un peldaño por debajo de su predecesora, perdido en parte el elemento sorpresa, y sin el toque y el brío que sí supo darle Vaughn.