Avelina no es una vendedora de pañuelos al uso. No se acerca a la ventanilla de los vehículos nada más se detiene el tráfico para ofrecer su mercadería, permanece horas mostrándose mientras camina la mediana y sólo se aproxima a los coches cuando es requerida por su conductor.
Comentarios
Edito: Es una historia que merece la pena ser conocida, la verdad.
Vidas anónimas que esconde mucho sufrimiento y algún sueño.