Muchas personas adoptan el tema de la homosexualidad de una postura intransigente: «La Biblia lo prohíbe». No les importa las acusaciones de literalismo o de que la Biblia verdaderamente se refería a algo muy distinto de lo que hoy clasificamos como homosexualidad. Para ellos, más claro, imposible: la ley divina, transmitida mediante la Biblia, es diáfana. El problema de este planteamiento es que la Biblia contiene numerosas leyes, recomendaciones y máximas sexuales que hoy en día se desoyen hasta por los fundamentalistas más empedernidos...
Comentarios
Polvo eres...
Nadie inteligente tomaría mitos absurdos como guía, y menos sexual.
No sean estúpidos.