Hace 16 años | Por giles a barcomasgrande.blogspot.com
Publicado hace 16 años por giles a barcomasgrande.blogspot.com

La familia Osvitz tuvo “suerte”. Mengele quedó inmediatamente impresionado por su malformación y los mandó a la fila derecha sin dudarlo; se sentía especialmente fascinado por Elizabeth con quien siempre era amable e incluso bromeaba. Los Ovitz vivían separados, en su propia celda para que no fueran aplastados por el resto de internos. Conservaban sus ropas y comían a diario la misma comida que los soldados. A cambio de estos privilegios pagaron un precio muy alto, convertirse en los cobayas favoritos de Mengele durante siete meses.

Comentarios

giles

Una historia impresionante, sobre todo el ver cómo una mente psicópata podía decidir en la muerte y la vida de tantísima gente, tan solo por su rareza y por la posibilidad de experimentar con ellos.

D

Magnífico documento.
Como bien comentas, es horroroso pensar que este hombre decidía de una manera tan escalofriante, entre la vida y la muerte de los presos.
Hubo muchos mengeles, como por ejemplo Heins, en Mauthausen.
A éste, por lo menos, le pueden capturar:
310.000 € por la captura de los últimos nazis


Gracias por el aporte.