Publicado hace 17 años por manantial a manantial.freehostia.com

El 5 de diciembre de 1872, el vigía de la nave británica Dei Gratia avistó un barco que parecía tener problemas. Seis tripulantes bajaron la chalupa del Dei Gratia y remaron hasta el barco en peligro para ofrecerle ayuda. Treparon por la barandilla y llegaron a la cubierta. Salvo por el sonido del viento en las velas y el inquietante crujido del maderamen, no se oía nada. Ni un alma a bordo. La tripulación había desaparecido sin dejar rastro. El barco se llamaba Mary Celeste.

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