Es penoso ver como en el fútbol base y juvenil, donde se forman muchos de los cracks del futuro, la violencia y la agresividad están a la orden del día. Nuestra sociedad se ha acostumbrado a ver como algunos entrenadores de primera división fomentan el juego duro, sobre todo cuando sus equipos de medio pelo juegan contra otros que disfrutan conservando el balón. Lo peor es que, pase lo que pase, siempre se escudan diciendo que ese método es “la única forma de no perder” ante un grande.
Comentarios
Invito al autor del artículo a pasarse por las ligas juveniles y senior de Aluche y Carabanchel. Pronto se dará cuenta de que si no le gusta la violencia dentro del campo, la obtendrá fuera de él. El que no se deja ganar con el equipo de los gitanos y el de los moros, puede acabar en el hospital. Lo mejor es cuando estos 2 equipos se enfrentan; la última vez el árbitro tuvo que encerrarse en los vestuarios mientras aguardaba a que llegara la policia a evitar su linchamiento.
Creo que la actitud de los entrenadores de primera, poco tiene que ver aquí...