Los biocombustibles empiezan a revelar su auténtico rostro y no es tan virtuoso como nos habían hecho creer. Aumento del precio de productos básicos, violación de derechos humanos y deforestación son algunas de las consecuencias de que los europeos quieran ser más ecológicos cuando llenan el depósito de su coche.
La culpa no es de los biocombustibles, sino de la mala gestión.
Por ejemplo, los huesos de aceituna tienen un uso energético como biocombustible que antes no tenían, eso no tiene por qué provocar deforestación ni subida del precio de la aceituna, otra cosa es que no haya control sobre qué se puede utilizar y qué no, cuotas, etc.
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La culpa no es de los biocombustibles, sino de la mala gestión.
Por ejemplo, los huesos de aceituna tienen un uso energético como biocombustible que antes no tenían, eso no tiene por qué provocar deforestación ni subida del precio de la aceituna, otra cosa es que no haya control sobre qué se puede utilizar y qué no, cuotas, etc.