Pese a que América Latina es una región exportadora, la subida en los precios de los alimentos y los combustibles generó seis millones más de hambrientos y un retroceso a la situación que padecía a principios de siglo. Según datos de la FAO, uno de cada diez habitantes sufre desnutrición y reducir el hambre a la mitad para el año 2015 (uno de los Objetivos del Milenio suscritos por 191 países) requerirá que cada año tres millones de personas dejen de vivir en la miseria.
Comentarios
Lo que decíamos: para rescatar a los bancos, presas de su avaricia, hay dinero, pero para alimentar a sus víctimas sólo hay pena.
que retroceso, y todo gracias al neoliberalismo salvaje