El libro ilustra las historias de los peticionarios chinos que van a Beijing a reclamar sobre expropiaciones forzadas de sus tierras, la corrupción de los funcionarios comunistas, conflictos de la Revolución Cultural (1966-76), realojos forzados, castigos crueles e injustos o asesinatos. Cada peticionario es tratado como un delincuente, antipatria o enemigo de China.