Es la ventaja de tener la cara de adamantium reforzado.
Aquí los cargos la caguen lo que la caguen no sueltan el sillón ni hartitos de vino
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Es la ventaja de tener la cara de adamantium reforzado.
Aquí los cargos la caguen lo que la caguen no sueltan el sillón ni hartitos de vino