Hay, sin duda, amistades peligrosas que la llamada memoria histórica trata de olvidar. Por encima de enfrentamientos ideológicos, los primeros años treinta propiciaron un ambiente de camaradería intelectual y personal que hizo que confraternizaran personajes que después se verían encuadrados, en ocasiones no muy a su gusto, en cada una de las dos Españas enfrentadas. Es el caso de José Antonio Primo de Rivera y Federico García Lorca.
Comentarios
Como serian de "amigos"?.... seria Jose Antonio tambien del "Club del Pepino"?... lo fusilarian tambien por eso?
#1 Bueno, hay tanto facha maricón que reniega de su naturaleza que no me extrañaría...
#1 #2 Noticia interesante, comentarios vergonzosos. Qué veranito.
#1 y #2 lo vuestro es un en toda regla