Hace 12 años | Por ulisecs a elpais.com
Publicado hace 12 años por ulisecs a elpais.com

Cuando vieron la fachada llena de colgaduras pintadas, como banderas extrañas, ella cogió a su marido del brazo y estuvo a punto de decirle: mira, vámonos, que esto no es para nosotros... Pero Ahmed, su hijo mayor, ya había entrado en el vestíbulo y avanzaba por él como por una alfombra roja. ¡Ahmed, tío!, ¿qué pasa, coleguita?, ¡qué bien que hayas venido!, ¡no veas cómo se va a poner Cris...

Comentarios

D

Tortazo de 4 folios que hay que leer hasta el final para saber de que coño habla. Ni el título, ni una miserable entradilla, dan la más mínima pista. Jodo como está el tema becario