Por fin le tocó a China, Estado entre los Estados. Toda crítica que podamos emitir sobre la hipocresía del mundo, aplaudiendo un régimen extremo y liberticida con la excusa de los juegos y la apertura, toda la crítica, la condena, legítimas y necesarias, quedan en contradicción cuando la ferocidad debida no se dirige contra el meollo de la cuestión: son los juegos del estatismo, y como tales, sirven al estatismo por naturaleza propia.
Comentarios
@yosoyhayek Deberías variar tus fuentes.
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[...] Lo que no debes hacer es spam, es decir enviar muchos enlaces de unas pocas fuentes. Intenta ser variado. [...]