Los coches se han convertido en los dueños de las ciudades, cuya arquitectura no tiene en cuenta los espacios para fomentar el juego seguro. "Los niños han perdido la calle", resume el pedagogo italiano Francesco Tonucci, creador del proyecto La Ciudad de los Niños. Esta iniciativa, que nació en Italia en 1991, busca que los más pequeños recuperen "autonomía y libertad".
Recuerdo el último partido de fútbol que jugamos en la puta calle. Era 1967 y los automóviles ya estaban presionando, pero los hacíamos esperar cuando interrumpían nuestro deporte.
El Ayuntamiento puso a los municipales a la tarea de perseguirnos y ... ganaron.
Yo no jugué en la calle porque soy niña de los 90 pero sí que me acuerdo de colonizar todos los días, verano incluido, el patio del colegio al que iba y que estaba abierto. Allí patinábamos, aprendíamos a montar en bici, jugábamos al fútbol o al baloncesto o con las muñecas e incluso a veces íbamos a un pequeño parque que había cerca. Ahora los niños no juegan allí. También recuerdo envidiar la infancia de un exnovio porque él era de pueblo y las cosas que me contaba de cómo pasaba el rato en el pueblo eran increíbles, de total libertad. Los niños tienen que jugar en la calle, no en casa.
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Recuerdo el último partido de fútbol que jugamos en la puta calle. Era 1967 y los automóviles ya estaban presionando, pero los hacíamos esperar cuando interrumpían nuestro deporte.
El Ayuntamiento puso a los municipales a la tarea de perseguirnos y ... ganaron.
Yo no jugué en la calle porque soy niña de los 90 pero sí que me acuerdo de colonizar todos los días, verano incluido, el patio del colegio al que iba y que estaba abierto. Allí patinábamos, aprendíamos a montar en bici, jugábamos al fútbol o al baloncesto o con las muñecas e incluso a veces íbamos a un pequeño parque que había cerca. Ahora los niños no juegan allí. También recuerdo envidiar la infancia de un exnovio porque él era de pueblo y las cosas que me contaba de cómo pasaba el rato en el pueblo eran increíbles, de total libertad. Los niños tienen que jugar en la calle, no en casa.