Pagados por TELEMADRID y cobijados por una madrina que parece actuar como si del cardenal Razinguer se tratara, amparando y protegiendo, una corte infame de mal nacidos, alardean relacionando placeres sexuales y menores. La derecha y los valores doctrinales de la Iglesia Católica, acogen a quienes ejerciendo de machotes, eluden a la mujer madura y babean refiriéndose a las niñas.