A Manuel García García-Pérez, hijo de labriego y nieto de aparceros albaceteños, no le gusta mencionar su edad pero se resigna: hace ya 56 veranos que vio por vez primera la luz del Poble Nou barcelonés. Nadie lo diría, porque mantiene casi intacto ese mismo aspecto de hombre campechano, mordaz y vitalista con el que se hizo popular, un cuarto de siglo atrás, al frente de El Último de la...
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Pero no la cartera. Miraló, campechano, como el rey
Estos artistejos con dientes de oro y con un yate frente al chalet de la playa me hacen descojonar.