Hace 10 años | Por tollendo a noticiasdenavarra.com
Publicado hace 10 años por tollendo a noticiasdenavarra.com

El auge del comercio marítimo a mediados del XIX buscó incrementar el beneficio a expensas de la seguridad de las personas. La codicia de los armadores forzaba a incrementar tanto la carga que, a menudo, el buque quedaba desprotegido ante una mala mar, provocando el naufragio y la muerte de los marinos. Samuel Plimsoll, en el parlamento británico, llegó a a acusar los diputados de criminales por negarse a introducir la obligación de limitar la carga de un barco más allá de un nivel de seguridad que eliminaría de raíz los frecuentes naufragios.