El gesto de Rosa Rodero y Cristina Sagarzazu, víctimas de ETA, acudiendo al homenaje a Santi Brouard y Josu Muguruza, vale más que mil palabras por la reconciliación. Esa imagen representa el futuro que queremos para Euskadi. Un futuro en el que se recuerde, reconozca y ampare a todas las víctimas. Un comportamiento igual no es exigible a las víctimas. Requiere de un proceso personal intenso, muy duro de afrontar, lo que añade aún más mérito a lo hecho por estas dos víctimas de ETA. Merece todo el reconocimiento social y político.
Comentarios
Por si te vale, y como autor del texto, no me molesta para nada el cambio que has metido. Efectivamente ayuda a entender mejor la entradilla. Cualquiera de las otras opciones también están bien, incluso haber puesto País Vasco.
#2 Gracias
GARA también ha dedicado su editorial de hoy a este gesto:
Todo un detalle
Hay gestos pequeños de enorme significado. Detalles que son portadores de un mensaje de esperanza, de un simbolismo y valor político que anticipan el futuro, que dan pistas para el recorrido que la verdad y la reconciliación deben acometer en este país. El parque Ametzola de Bilbo, en la ofrenda floral que cada 20-N recuerda a Santi Brouard y Josu Muguruza, fue testigo de uno de ellos. Rosa Rodero y Cristina Sagarzazu, viudas de los ertzainas muertos en atentado, Joseba Goikoetxea y Montxo Doral, acudieron a los actos de recuerdo de los dos militantes abertzales muertos en atentados de Estado. Fue un gesto de una trascendencia y un potencial transformador muy significativo, además de tener la virtualidad de romper tabús y, piense lo que piense cada víctima, dar comienzo a una nueva conversación sobre el tema.
Conocer la verdad, la propia y la ajena, y tener el valor de vivirla colectivamente ni tiene receta universal ni puede ser dictado. Es libre y totalmente legítimo que cada víctima pueda conjugar el reto de la reconciliación desde la primera persona del singular. Pero utilizar el dolor para bloquear soluciones o para beneficio de intereses y sustentos creados es una política que exige su propia deconstrucción. En primer lugar, rompiendo el tabú. El tema de las víctimas puede remover conciencias y emociones en una dirección constructiva y reparadora, y no debe ser obviado políticamente. Es un tema muy unido a otros temas, por poner un ejemplo, a la liberación de todos los presos vascos. El Acuerdo de Gernika, desde el primero y hasta el último de sus puntos, así lo recoge. Y es lo suficiente importante como para que su recorrido se deje sólo en manos de los políticos. Los claveles rojos de Ametzola simbolizan la iniciativa y la acción propia, multiplican protagonismos y traspasan fronteras para anunciar un nuevo tiempo, una nueva pedagogía, con más valor e iniciativas, también en el tema de las víctimas. En definitiva, que el futuro se construye con el concurso de las partes, pero sobre todo con la aportación de los participantes.
El detalle de Ametzola es, para muchos y muchos ciudadanos vascos, la indulgencia de un sueño colectivo: el de un país en paz consigo mismo, y dejado en paz para hacer su camino en justicia y libertad.
http://www.gara.net/paperezkoa/20101123/233677/es/Todo-detalle
#6 creo que no es la primera vez, supongo que ahora se le da más publicidad por aquello del momento en que estamos y tal, pero si no me equivoco una de ellas ha dicho que ya ha asistido más veces.
El "Euskadi" lo he añadido yo, el autor habla de "esta sociedad" en varias ocasiones sin darle un nombre concreto, aunque temo que puede ser controvertido creo que sin mi cambio la entradilla se entiende malamente...
Mis dudas, por si no son obvias era poner Euskadi o Euskalherria o algún otro. Pero me he tirado a lo fácil.
Disculpas adelantadas a todo aquel que crea que me equivoqué.
#1 O País Vasco.
#3 Si, también, la verdad es que como a casi todos los vascos le oigo siempre llamarle Euskadi lo adopto.
Creo que cada uno tiene derecho a ponerle el nombre que quiera a su tierra. Pero se que hay vascos que dicen País Vasco y que el nombre es igual de respetable.
A lo que me niego en redondo es a lo de "vascongadas"
Es una reflexión escrita que realmente te deja con la inquietud.
A mí me ha convencido hasta cierto punto. Sí, creo que si todos los vascos tomásemos esta actitud integradora nos convertiríamos en un catalizador para la paz.
El gesto de estas dos víctimas es sólo eso, un gesto, algo que no podemos exigir a ninguna otra víctima, puesto que obedece a un proceso personal de perdón y reflexión. Pero las demás "víctimas por extensión", es decir, la propia sociedad vasca, podríamos seguir su ejemplo: acoger tanto a víctimas de uno y otro lado como a arrepentidos (esto último siempre se pasa por alto).
Puedo entender que una víctima directa no pueda, o no quiera, perdonar. Son humanos y tienen derecho a no perdonar jamas. Pero la sociedad en su conjunto tenemos, tal vez, el deber de hacerlo. Quizá así los abandonos y arrepentimientos en ETA aparezcan como setas. Es lo que necesitamos. ¿Pensáis lo mismo?
#8 Lo ideal es que salgan también los abandonos y arrepentimientos en el Estado, por ejemplo Felipe González aún no sabe si hizo bien en no cometer un atentado. En fin es un gesto precioso y si algún día reconocemos que hay víctimas en los dos bandos y que la violencia es inutil e inmoral por ambas partes, se llegará a la paz.
#9 Ahí te doy la razón, aunque es un tema muy peliagudo. Lo importante es que nos reconciliemos como sociedad: los actores en esta función (gobernantes, terroristas, víctimas), los que se han mojado (queriéndolo o no), no pueden más que hacer lo que he dicho, gestos. Y los gestos están bien como ejemplo para los demás, pero al final lo que cuenta es que nosotros, como sociedad, demos el paso para superar estos conflictos.
Que no estoy pidiendo a nadie que le bese en la boca a De Juana o a un asesino en activo, basta con que aceptemos que ha habido juego sucio por parte del estado también, y sobre todo, con que recibamos con los brazos abiertos a quien se arrepienta de haber hecho mal, sea quien sea.
Eso sí, temo que se malinterpreten mis palabras: reconciliación, recibimiento del arrepentido... todo suena muy bien. Pero primero es innegociable el que caiga la justicia con todo su peso sobre quien haga falta. Sin distinguir entre ideologías o posición política. Sin justicia es difícil alguna reconciliación.