Hace 13 años | Por --238198-- a deculture.es
Publicado hace 13 años por --238198-- a deculture.es

Hay madres que están para comérselas, algo que todo consumidor habitual de eroges sabrá, pero parece ser que este romántico muchacho de 16 años le dio una interpretación equivocada a la expresión, pues acabó metiendo a su madre en el horno, no sin antes darle unos cuantos martillazos mientras dormía. Según declaraciones del joven hikikomori, residente de Philadelphia, había cometido este parricidio porque su madre le había quitado anteriormente su PlayStation. Un triángulo amoroso que ha acabado en tragedia.

Comentarios

D

Si sabía yo que los videojuegos incitaban a la violencia y la violación...